¿Por qué hay tanto bullying hoy en día? ¿Antes había menos? ¿Tiene que ver con la capacidad de comunicarse verbalmente?
En muchos colegios nos encontramos en la actualidad con un problema grave: el acoso escolar entre iguales. Lo que sí es cierto es que si te paseas por el patio de un colegio en el tiempo libre de niños entre 7 y 10 años, intentando pasar lo más desapercibida posible, oyes conversaciones que te hacen pensar si de verdad esos niños son de esa edad o cinco años mayores.
Es increíble cómo se prepara el terreno para desprestigiar a un compañero, cómo se elaboran argucias para echar del grupo a una niña de clase por razones totalmente inexplicables. Eso demuestra en ocasiones una inteligencia y perspicacia que llama la atención en estas edades tempranas. Al mismo tiempo, la reacción del niño que sufre el acoso permite ver algunas conductas significativas. La del niño que afronta la situación, que se defiende, que le planta cara al acosador tanto verbal como físicamente; y en el lado contrario, la del niño que es sumiso, que no sabe qué hacer ni qué decir…
Podríamos decir, ¿estos niños son socialmente pobres en sus relaciones?, ¿por qué no tienen un grupo de amigos que en esos momentos estén con él? Seguramente sus amigos le darían seguridad, esa valentía que te induce el saber que tienes un grupo que te respalda.
Me voy a la pregunta del principio de ¿antes había menos? Quizás tiene algo que ver el que “antes” se jugaba más en la calle, se desarrollaban conductas de comunicación, de “defensa”, salías con tus amigos a la plaza, tenías grupo de amigos con los que físicamente (no virtualmente) te ibas a jugar… Hoy nos comunicamos por WhatsApp, por Facebook…¡y qué valientes somos ahí! Nadie nos ve, no hay modulaciones de voz, ni volumen en las palabras… no tengo que dar la cara.
¿Están preparados nuestros peques para resolver un conflicto cara a cara verbalmente? ¿Tiene que ver el acoso con el hecho de que esos niños no sepan debatir o “defenderse”? Argumentar, justificar…
Veo el deporte como un canal inmejorable para desarrollar ese sentimiento de pertenencia, el que tengas un grupo, un equipo en el que te sientas respaldado, que está contigo, que te da una fuerza interior y te ayuda a enfrentarte a esas situaciones con valentía y seguridad. Qué sensación tan buena cuando vas por el patio, se meten contigo y se oye una voz por detrás que dice: “¡Eh! ¡Que ésta es amiga nuestra…” O por ejemplo, “¡Oye! Que David es de nuestro equipo”.
Tenemos que potenciar las relaciones grupales, salir con los amigos, relacionarnos jugando fuera de las pantallas. Existen deportes individuales en los que también se potencia el grupo. El atletismo, por ejemplo. Y por qué no hablar de las bandas de música. Tocar en grupo…
Lo importante es que da igual cuál sea tu elección de actividad o deporte, lo ideal es el contacto con las personas, ese abrazo de todos cuando se ha logrado algo importante o de la misma manera ese abrazo cuando no se ha conseguido y siempre hay alguien en el grupo que dice: “no pasa nada chicos, ¡bien hecho!”.
Sentirse apoyado por un colectivo y saber que no está solo le da al niño una fuerza interior que le ayuda a enfrentarse a situaciones adversas y a saber decir “yo soy así y me siento genial”.