Este artículo también fue publicado en la revista de la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB) a partir del Clínic en el Mundial de Chile.
Como he comentado con anterioridad una de las características que siempre intento buscar en el juego de mis equipos es el ritmo. Personalmente el juego del Contraataque (CTTQ) es la definición de juego rápido por naturaleza. Lo que intento buscar es que cuando mi equipo ya ha iniciado el Contraataque y el equipo contrario ha conseguido pararlo, seamos capaces de seguir atacando sin pararnos, enlazar con una serie de movimientos dinámicos que nos den continuidad al ataque.
¿Qué priorizamos en estos movimientos?, el juego por conceptos. Aprovechamos la inercia del CTTQ para realizar un juego en el que podamos explotar las características individuales de nuestros jugadores. En esta secuencia de movimientos se pueden jugar todas las opciones posibles ya que dependerá de la creatividad de los jugadores. En una primera instancia del jugador con balón y en una segunda de los jugadores sin balón.
En la Fig. 1, vemos que después de habernos parado el CTTQ los jugadores se disponen en cuatro abiertos y uno interior. Es indiferente qué jugadores ocupen las posiciones exteriores a excepción del interior. Vemos que “1” después de pasar a “2” va a cortar sobre un bloqueo indirecto de “5”, “4” ocupa poste alto por detrás de la línea de tres puntos y “2” una vez que ha pasado a “1” se va al lado contrario.
Es importante que los jugadores se muevan con timming de juego, sobre todo los jugadores sin balón. Cuando “1” recibe, “4” va a hacer un bloqueo indirecto a “3” para que así de esta forma, “1” tenga varias opciones de pase: al jugador interior, a la salida de “3” o incluso a la continuación de “4” después de su bloqueo. Fig. 2.
A partir de ahí ya intervienen los jugadores. Lo que vemos en la Fig. 3, es una de las muchas continuaciones posibles. “4” después de su continuación opta por ponerle un bloqueo directo a “3”. “5” juega el espacio para dejarle la continuación a “4” y jugar su posible recepción de “3” a la salida del bloqueo directo.
Evidentemente hay un movimiento rey que está por encima de todos ellos y es el 1×1 de cualquier jugador con balón. En este punto es donde entra toda esa riqueza que señalaba anteriormente ya que no solamente son jugadores rentables aquellos que son capaces de jugar el 1×1, sino también aquellos otros que primero, hacen que el balón pueda jugar ese 1×1 y segundo, aquellos que cuando ese primer 1×1 no se ha podido llevar a cabo proporcionan una siguiente opción de juego del balón, bien sea porque se puede producir un tiro a canasta bien porque se da otra opción de 1×1.
“Tenemos que dotar a los jugadores de las herramientas suficientes (Trabajo Técnico) para que sean capaces de afrontar con éxito las diferentes situaciones que se les presenten en el juego (Trabajo Táctico)”